Aunque existe una vacuna que parece ofrecer una protección parcial contra la malaria, lo cierto es que aún no hay una vacuna 100% efectiva. Por otro lado, los tratamientos disponibles resultan demasiado costosos para los países del África subsahariana, donde la enfermedad muestra su peor cara. Para solventar estas dificultades se están probando las posibilidades de la genética en la prevención de la malaria o paludismo.
¿Qué papel puede jugar la genética en la prevención de la malaria?
El responsable de la propagación de la malaria es el mosquito Anopheles. Cuando un mosquito hembra Anopheles está poniendo huevos, necesita consumir proteínas adicionales, que obtiene al chupar sangre de animales vertebrados como pájaros, reptiles o mamíferos. Si el animal del que se alimenta lleva un parásito de la malaria, el mosquito lo recogerá, y la próxima vez que se alimente de un animal, transferirá el parásito a la corriente sanguínea de ese animal. Este método de transferencia infecta a alrededor de 300 millones de personas cada año.
¿Dónde entra en juego la genética? Bueno, en teoría gracias a la ingeniería genética sería posible crear mosquitos más fuertes e incapaces de propagar al parásito de la malaria. Estos nuevos mosquitos se liberarían en la zonas más problemáticas y gracias a sus mejores cualidades y reemplazarían a los mosquitos que pueden propagar la malaria.
No es difícil activar un gen que hace que un mosquito sea inmune a un parásito de la malaria en particular (hay muchos) y pierda la capacidad de transmitirlo. Es un procedimiento de laboratorio relativamente barato. En un experimento los científicos activaron un gen en el intestino del mosquito que controla el péptido SM1. El péptido SM1, un tipo de proteína, parece detener el desarrollo del parásito de la malaria mientras vive dentro del mosquito, lo que lo convierte en inofensivo
Al comparar la supervivencia de estos mosquitos con los normales se descubrió que sobrevivían mejor y acababan por extenderse más. Los investigadores creen que la modificación genética ofrece una ventaja de supervivencia porque el parásito no podía desarrollarse en sus intestinos.
Sin embargo, de momento se sigue experimentando con el tema, porque hay dudas sobre el impacto de liberar decenas de miles de mosquitos genéticamente modificados en un entorno natural. Nada en esa escala se ha hecho alguna vez, y no hay forma de saber cuáles podrían ser las implicaciones ecológicas generalizadas a largo plazo.
En la actualidad un niño pequeño muere de malaria cada 30 segundos. Unas cifras aterradoras que gracias al uso de la genérica se esperan poder reducir en los próximos años.
Dra. Mercedes Alemañ Romero es la Directora Técnica del laboratorio CEFEGEN y una especialista en Bioquímica Clínica y Genética Forense con más de 20 años de experiencia.
Entre sus principales áreas de especialización se encuentran la Bioquímica Clínica, la Genética Forense y Clínica, la Antropología Forense y la Reproducción Humana Asistida. La Dra. Alemañ es miembro activo de la Sociedad Internacional de Genética Forense (ISFG) y de la Sociedad Española de Antropología y Odontología Forense, lo que respalda su constante actualización en las técnicas y avances más recientes en su campo.