Tal día como hoy hace 40 años el paleontólogo estadounidense Elso S. Barghoorn anunciaba al mundo un sorprendente hallazgo: los fósiles más antiguos del mundo. No eran huesos humanos ni de dinosaurios, como suele pensar la gente cuando hablamos de fósiles, sino microfósiles de algas unicelulares llamadas Eobacterium, de unos 3.400 millones de años de antigüedad.
¿Qué significó esto para la investigación del origen de la vida sobre la tierra?
Eobacterium, los primeros signos de vida en la Tierra
Hace tiempo se creía que la formación de la primera célula era la parte más difícil en el origen de la vida tal y como la conocemos, y que después de eso no pasaría mucho tiempo para que aparecieran los organismos multicelulares.
La evidencia fósil mostraba que la vida multicelular comenzó a existir hace unos 600 millones de años, sin embargo, la edad de la Tierra se calcula en más de 4.600 millones de años.
Juntando estos dos hechos, parecía que la tierra había estado completamente vacía de vida durante sus primeros 3 mil millones de años. Durante ese tiempo los constituyentes de las primeras células se habrían estado sintetizando lentamente para luego ensamblarse en la primera proto-célula.
Pero gracias al descubrimiento de ES Barghoorn hoy pensamos que las cosas no ocurrieron así.
ES Barghoorn y su colega JW Schopf durante sus excavaciones en Transvaal, Sudáfrica, encontraron los restos fosilizados de diminutos microorganismos que solo eran visibles usando el microscopio electrónico. Estas criaturas recién descubiertas tenían estructuras muy simples y se asemejaban mucho a las bacterias modernas, por lo que Barghoorn y Schopf las bautizaron como Eobacterium isolatum, que significa «bacteria del alba solitaria».
Los análisis dataron la antigüedad de los fósiles en unos 3.400 millones de años, adelantando ostensiblemente el origen de la vida con respecto a los 600 millones de años que antes se tenían como referencia.
Las eobacterias evolucionaron muy lentamente, y sus descendientes son probablemente las células procariotas de hoy en día. Los procariotas son organismos simples, unicelulares, sin compartimentos internos y generalmente rodeados por una pared celular. Estos organismos pudieron haber empezado a generar oxigeno como parte de su metabolismo, creando la atmosfera que tenemos hoy día y posibilitando la aparición de las células eucariota, precursores de toda la vida multicelular.
Se cree que las células eucariota surgieron hace 1.4000 o 1.200 millones de años, por lo que las eobacterias habrían dominado el mundo por casi 2.000 millones de años.
Dra. Mercedes Alemañ Romero es la Directora Técnica del laboratorio CEFEGEN y una especialista en Bioquímica Clínica y Genética Forense con más de 20 años de experiencia.
Entre sus principales áreas de especialización se encuentran la Bioquímica Clínica, la Genética Forense y Clínica, la Antropología Forense y la Reproducción Humana Asistida. La Dra. Alemañ es miembro activo de la Sociedad Internacional de Genética Forense (ISFG) y de la Sociedad Española de Antropología y Odontología Forense, lo que respalda su constante actualización en las técnicas y avances más recientes en su campo.